LA MONJITA Y EL DON JUAN


Un "Don Juan" de esos que no quisieran que se les escapara ninguna mujer, se sube a un autobús, observa bien a todas las mujeres que van allí, y de pronto detiene su mirada en una monjita de hermoso rostro.

Inmediatamente toma asiento junto a ella, y sin más preámbulos le propone que lo acompañe a un motel.  La monja sorprendida por la audacia del hombre, simplemente opta por bajarse del autobús discretamente.

El conductor del vehículo que ha estado observando la escena, llama al "don Juan" y con voz amanerada le dice:

- Esta preciosa la monjita ¿no?... pero veo que no conseguiste nada con ella; pero si estás interesado yo te puedo decir como lograr tus propósitos...

- Claro que me interesa -dice el hombre. - Dime que hay que hacer...

- Mira, -dice el conductor- esa monja va todos los viernes a las 4 de la mañana a orar al cementerio frente a la tumba del beato Luis. Lo que tienes que hacer es colocarte una túnica y una capucha de color blanco, ella no podrá reconocerte en la oscuridad,  tu le dirás que eres el espíritu del beato y que deseas tener sexo con ella. Ella no se resistirá por la devoción que le tiene al beato. 

Al "don Juan" le encanta la idea, y al siguiente viernes llega desde las 3 de mañana a esperar a la monjita. Justo a las 4 A.M., aparece una monja, se arrodilla frente a la tumba,  el hombre se le acerca lentamente, llama su atención tocando sutilmente su hombro, y con voz de ultratumba le dice:

- Soy el ánima del beato... he escuchado tus oraciones, y tus peticiones serán atendidas oportunamente... pero hoy, deberás tener sexo conmigo...

La monja se muestra de acuerdo pero le hace una aclaración diciendo:

- Yo soy virgen, y debo permanecer así,  porque soy una esposa del señor...  pero te complaceré de la otra forma...  de espaldas...  espero que me entiendas...

El "don Juan" se muestra de acuerdo, ya que su deseo es poseer a la religiosa sin importar la forma. Al terminar, el hombre se quita la capucha y la túnica diciendo:

- Ja ja ja... no soy un espíritu... soy el hombre del autobús... ¿Me recuerdas?

- Claro que te recuerdo, - dice la monja quitándose el hábito- Yo no soy la monja,  soy el conductor del autobús ¿me recuerdas?  ¡¡¡JA JA JA JA!!!....




Aporte de EDUARDO VIII 

                                 Chiste recomendado: El Abrigo de piel

                                 Ríete: más chistes en la columna derecha    > > >

Envía un chiste haciendo click AQUÍ
.


No hay comentarios:

Publicar un comentario