CHISTES FINOS
Cuentan que a mediados del siglo 20, un niño y una niña se conocen en la escuela, hicieron buena amistad y desde el primer grado siempre almorzaban juntos.
Un día descubren que en sus loncheras, sus madres siempre les colocaban la misma comida: "EMPAREDADO DE POLLO".
Pasó el tiempo siempre conservando su amistad y almorzando siempre juntos, hasta llegar al 6° grado. Un día estaban almorzando y el niño notó que la niña llevaba emparedado de atún y extrañado le preguntó:
Pasó el tiempo siempre conservando su amistad y almorzando siempre juntos, hasta llegar al 6° grado. Un día estaban almorzando y el niño notó que la niña llevaba emparedado de atún y extrañado le preguntó:
—¿Ya no te gusta el pollo?
—Si, si me gusta, pero decidí no comerlo más porque me están saliendo "plumitas" allí abajo...
El niño quiso ver las plumitas de la niña, y ésta se las enseñó:
—¡Caramba! Es cierto, te están saliendo plumitas. Es mejor que no comas más pollo —Dijo el niño.
Unas semanas más adelante, la niña notó que su amigo no había llevado emparedado de pollo y le dijo:
—Oye ¿que pasa? ¿ya te aburrió el pollo?
—No es eso, a mi me encanta el pollo, pero es que a mi también me están saliendo plumitas allí abajo...
El niño se bajo el pantalón para mostrar sus plumitas, y la niña, al verlas, angustiada y asustada exclamo:
—¡Huyyy, el caso tuyo está más avanzado pues además de plumitas, ya te salió pescuezo y mollejas!!!
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