EL ABRIGO DE PIEL...

CHISTES FINOS.- Este era un gigoló aventurero que siempre había viajado por el mundo disfrutando de los mejores placeres que su "profesión" le deparaba. Sin embargo la Diosa fortuna dejó de sonreírle y debió regresar a su país aquejado por una penosa enfermedad.
Al visitar a su médico, este le dio una mala noticia en los siguientes términos:
     —Amigo mio, debo informarle que está usted muy cercano a la muerte, y que la única manera de salvarlo es extirpandole los testículos.
     —¿Que??? Doctor usted me quiere decir ¿que si no me capa me muero?
     —Así es; si desea puede consultar otros médicos, pero sería inútil,  se perdería tiempo, y a usted le quedan solo unas cuantas horas de vida.
     —Siendo así, doctor haga lo que tiene que hacer. Solo quiero pedirle una cosa; una vez que lo haga, por favor, deseo que me entregue el "forrito". Usted sabe doctor que gracias a "eso" yo pude vivir como un rey durante mucho tiempo —Dijo el paciente conforme.
     —No entiendo para qué, pero respetaré su deseo. Cuente con eso Respondió el médico y procedió de inmediato con todos los preparativos para la operación.
     El aventurero al salir del hospital, llevo el escroto a un taxidermista y lo mando enmarcar. Colocó el cuadro en la sala de su departamento, y disfrutaba viéndolo mientras recordaba sus aventuras románticas. Un día recibió la visita de una riquísima clienta gringa,  quien al ver el cuadro se interesó mucho en él, y pregunto:
     —Que ser ese extraño y marravilloso cuadro?
     El hombre viéndose sorprendido por la pregunta respondió lo primero que se le ocurrió:
     —Es... la piel de un pequeño animal del amazonas...
     —Es marravilloso, ¿Poder conseguirme muchas pielecitas como parra hacer un abrigo? —Preguntó la gringa.
     —Nooo gringa, ese animal está... en extinción, ya no se encuentra casi...
     —Mi no importar. Conseguirme los suficientes parra mi abrigo, y yo pagar a diez mil dolar cada piel. Yo volver en un mes. ¿OK?

     El hombre terminó por aceptar la propuesta de la gringa, y sin perdida de tiempo se entrevistó con el médico y le contó lo del lucrativo negocio. El médico lo entendió y aceptó el negocio, y empezó de inmediato a trabajar en ello. Empezaron a llegar los pacientes....

         —Doctor, tengo dolor de cabeza..
       —Hay que caparlo!
       —Doctor, me duele un oído...

       —Hay que caparlo!
       —Doctor,  tengo una infección en la boca...
       —Hay que caparlo!
       —Doctor, me cayó un mugre en el ojo..
       —Hay que caparlo!...
     ... Y así durante todo el mes, capando cuanto paciente llegaba a su consulta, hasta que completaron la cantidad suficiente de escrotos para el abrigo de la gringa. La gringa llegó, pago la millonaria suma, y se fue feliz con las pielecitas para su abrigo.

     Pasaron unos seis meses cuando la gringa volvió al departamento del aventurero, y éste naturalmente le preguntó por el abrigo.

     —Oh, ser un abrigo marravilloso Contesta la gringa. —Cuando hacer calor, abrigo esponjarse, ponerse holgado; cuando hacer frío, abrigo recogerse, achicarse,  pegarse al cuerpo; pero lo más curioso es que un día que casi atropellarme un carro, todo abrigo subirse a mi cuello!!!


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