El búho sube a la tarima de primero y cuenta un magnífico y fino chiste; todos se ríen menos la tortuga, por lo que el león se como al búho...
Luego la zorra sube a la tarima, cuenta su mejor chiste de gallegos, y todos los animales se tuercen de la risa, menos la tortuga, y el león se come la zorra...
Ahora sube a la tarima la hiena y con su contagiosa risa cuenta el mejor chiste de Ninel Conde que es de lo más nuevo, y las carcajadas de los animales retumban en la selva, pero la tortuga no se ríe, y el león se come a la hiena...
Y así pasan y pasan más animales a contar sus chistes, y la tortuga nada que se ríe. El turno es para el mono, que con su tradicional gracia y picante se dispone a contar su chiste, pero antes de que inicie, la tortuga suelta una carcajada, se retuerce en su caparazón, y llora de la risa... El león la mira extrañado y le dice:
— Oye tortuga, el mono aún no cuenta el chiste... ¿de que te ríes?
La tortuga sin poder contener la risa se reincorpora, seca las lagrimas de sus ojos y contesta:
— ¡¡¡ES QUE EL CHISTE DEL BÚHO ESTÁ BUENÍSIMO...!!!!!
(¿Y tu? ¿eres tortuga? ¡RÍETE CARAJO!)
Aporte de ALFONSO DE ARAGÓN
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