La primera entró, orinó y al terminar se dio cuenta que no tenía con que secarse, así que tomó su calzón (bombachas), se seco con la prenda y la tiró lejos.
La segunda entró, orinó y cuando se dio cuenta que tampoco tenía con que secarse, alargó la mano y tomó la cinta de una corona de flores, se secó y dejó la cinta dentro del calzón sin percatarse de ello.
Al día siguiente se encuentran los maridos de las dos borrachitas y el primero muy triste y acongojado dice:
—Amigo, acabo de abandonar a mi esposa. ¡Anoche llegó borracha y sin calzón! no resistí y le pedí el divorcio.
El otro, luego de darle una palmada en el hombro dice:
—Yo también me separé... Mi mujer llegó igualmente borracha, pero además traía pegada al trasero, una cinta de seda blanca que en letras doradas decía:
¡TE RECORDAREMOS POR SIEMPRE.
Fernando, Luis, Carlos y toda la Facultad de Arquitectura.!
Aporte de FREDDY
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