El doctor Vogel, el dentista, terminó de examinar a una hermosa y joven paciente.
—Señorita Baseman —le dijo—, me temo que voy a tener que sacarle las muelas del juicio.
—¡Dios mío! —dijo ella—, ¡preferiría quedarme embarazada!.
—Bien —dice el doctor Vogel—, ¿podría decidirse, para que yo pueda poner la silla en la posición adecuada?
¡Decídete, no continúes aplazando infinitamente!
Aporte de AUGUSTO
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