Después de la incómoda situación inicial, ambos se acostaron; la mujer en la litera inferior y él, en la superior.
A la medianoche, el caballero se inclina al lateral de la litera, y despertando ala mujer le dice:
—Lamento mucho molestarla, pero hace mucho frío. ¿Podría Ud. alcanzarme otra manta?
La joven se asoma también al lateral de la litera y luego de hacerle un guiño de ojo le dice:
—Tengo mejor idea, tan sólo por esta noche supongamos que estamos casados... que somos marido y mujer...
El hombre, entusiasmado por la idea contesta:
—Me parece sensacional y estoy perfectamente de acuerdo...
—Bien, empecemos —dice ella—, entonces bájate de allí, vienes a la parte baja, buscas tu manta, ¡Y ME DEJÁS DORMIR A MI, PELOTUDO DE MIER...!!!
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