—Pero, yo no se como hacerlo... —dice la pequeña.
—Es sencillo, solo dirige tu oración por tu familia, amigos, vecinos y por las personas pobres —le insiste el padre.
—De acuerdo —dice la niña y empieza a improvisar su oración así:
"Querido Dios, gracias por las familias que nos visitan y por sus hijos, quienes vinieron y se acabaron todas mis galletas y todo mi helado... Bendícelos para que no regresen."
"Perdona al hijo mayor de nuestros vecinos, que le quitó toda la ropa a mi hermana y se puso a luchar con ella en su cama."
"Por favor envíale ropa a todas esas pobres mujeres desnudas que hay en las revistas de mi papá."
"Y por favor dale un techo a todos esos pobres hombres sin hogar, que tienen que dormir con mi mamá, cuando mi papá está en el trabajo.
AMEN
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