CHISTES FINOS
Un abogado va de paseo al campo y decide comprar un simpático asno a un campesino, por US$100. El campesino recibe el dinero y promete entregarle el burro al día siguiente. Sin embargo esa misma tarde el campesino busca al hombre para decirle:
—Lo siento amigo, pero le tengo malas noticias; el burro que le vendí ha muerto de repente...
—Buenos, así son las cosas... entonces devuélvame los US$100.
—No puedo, ese dinero ya lo he gastado... —responde avergonzado el campesino.
—Bueno... no quiero pleitos, si no hay dinero, entonces entrégueme el burro, vivo o muerto ese burro es mío.
—¿Y para que quiere un burro muerto? —pregunta el campesino desconcertado.
—¡Lo voy a rifar!
—¿Esta loco? ¡como pretende rifar un burro muerto!
—Es que nadie va saber que el burro está muerto... —contesta el abogado sonriendo.
Una semana después se encuentran de nuevo los dos negociantes y el campesino pregunta:
—¿Que paso finalmente con el burro?
—Lo rifé. Vendí 500 boletos para la rifa a US$2, recibí US$1.000 por la operación, y al final me gané US$900 netos.
—Lo rifé. Vendí 500 boletos para la rifa a US$2, recibí US$1.000 por la operación, y al final me gané US$900 netos.
—¿Y ningún participante se quejo por el burro muerto?
—Sí, se quejó el ganador... pero a ese le devolví los 2 dolares de la apuesta y quedo satisfecho...
Enviado por NESTOR LABRIN
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