—Hola Patty, ¡que alegría verte por aquí! pero cuéntame ¿Como fue tu muerte?
—¡Hola Vanessa! también me alegro que hayas muerto. Yo morí congelada... ¿y tú?
—Yo morí de un ataque cardíaco...
—¿Un ataque cardíaco? pero si tú tenias una salud envidiable, debió ser algo extraño... Cuéntame como ocurrió.
—Si amiga, desde hacía varios días estaba desconfiando de mi marido: una tarde al regresar de compras, sentí un perfume femenino que no era el mío; subí rápidamente a la alcoba y mi marido estaba acostado sin ropa mirando televisión; abrí el closet y no había ninguna mujer; miré debajo de la cama, y no había nada; corrí al baño, y nada; baje al sótano, y nada; fui a la biblioteca y no encontré la mujer; subí a la terraza, y nada; baje de nuevo corriendo a revisar la cocina, y allí, tal vez por la angustia, el estrés y la agitación, me sobrevino un ataque fulminante al corazón.
—Ay Vanessa... —Dijo Patti—. Si hubieras buscado primero en el refrigerador, NOS HABRÍAMOS SALVADO LAS DOS...!!!
Enviado por MARÍA MARGARITA
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"...nos habríamos salvado las dos" HABRÍAMOS, no HABÍAMOS.
ResponderEliminarGracias anonimo. Quedó corregido.
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