Chiste de Rocambole
Un oriental va donde el sexólogo a consulta y dice:—Mile doltol; el ploblema mío sel que cuando hacel el amol con mi mujel, ella palece que no sentil nala...y quedalse dolmida...
—Ah, eso tiene una explicación sencilla —dice el doctor y agrega—, algunas mujeres se excitan tanto que el calor las invade, y esto hace que pierdan la sensibilidad. Lo único que debe hacer, es refrescarla mientras consuma el acto sexual.
El oriental sale satisfecho de la consulta, compra un gran abanico de plumas de avestruz y contrata un fornido hombre afrodescendiente para que abanique a su esposa, se mete en la cama con la mujer y ordena:
—Empieza a abanical ahola neglito...
El afrodesciente empieza su trabajo y el oriental le dice a su esposa:
—Como sentilse ahola mujelcita...?
—No siento nada!... —contesta ella.
—¡Abical más dulo, neglo!... y ahola ¿como sentilse mujelcita?
—No siento nada, absolutamente nada...
—Espelal que yo enseñal a neglo a abanical —dice oriental y volteándose hacia el otro hombre dice—: cambial de puesto pala enseñalte neglo.
El afrodescendiente se coloca encima de la mujer, mientras el oriental empieza a abanicar con ritmo suave... acompasado..., y después de unos segundos dice:
—¿Ahola si sentil algo mujelcita?
—Si, sii, siiiii, ahora siiiiiiiiiiiiiii....!!!
—¿Vel neglo malika? ¡¡¡ASI SEL QUE SE ABANICA!!!
El Chiste de ROCAMBOLE
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