—¡ Adiós cornudo!
El hombre no lo tomo para sí, pensó que le estaba gritando eso a otra persona así que continuó su camino.
Al dia siguiente paso por la misma parte y el carnicero le volvió a gritar:
—¡ Adiós cornudo!
Y así, durante 15 días, cada vez que pasaba por allí el carnicero le continuaba gritando:
—¡ Adiós cornudo!
Una noche ya molesto con el incidente, al llegar a la casa le dice a su mujer:
—Hola amor, ¿tu sabes porqué carnicero cada vez que me ve me grita: "Adiós cornudo"?
—Debe ser que el carnicero es muy bromista; no le hagas caso... —le contesta la esposa tranquilamente.
Al otro día pasa de nuevo por la carnicería y el carnicero le grita:
—¡ Adiós cornudo! y además ¡¡¡CHISMOSO!!!
Chiste enviado por CARLOS FERNANDEZ
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